El vino se reinventa año tras año, combinando nuevas variedades, cultivándose en nuevos territorios y presentándose en distintos formatos. Un producto que hoy se comercializa y que cuenta con una clientela creciente es el denominado vino de hielo. Hay algunos aspectos interesantes que conviene conocer para que podamos disfrutar de esta variedad que sorprende a muchos.
¿Dónde y cómo se elabora el vino de hielo?
La forma de elaborar los caldos nació en Alemania y parte de una base, que es la climatología. En ocasiones, las temperaturas bajan hasta tal punto que quedan bajo cero y, llegados a este punto, las uvas se congelan. Lo que sucede es que esta circunstancia, en Alemania, solo se puede dar ocasionalmente. Es importante tener presente que, en los últimos años, esta técnica se ha aplicado en otros países con un clima más favorable. Hay países en los que se consiguen temperaturas bajo cero todos los años.
Este tipo de caldo se elabora, sobre todo, en Canadá y tiene como elemento distintivo la elaboración con uvas heladas. La década de 1980 fue el momento en que este tipo de caldos se empezaron a popularizar debido a las inversiones tecnológicas. El principal aspecto distintivo es que las uvas se cosechan cuando están congeladas, concretamente a -10 ºC. Este país tiene una climatología fría que favorece que, a partir de ciertos meses, las uvas se congelen; es por eso que Canadá es donde más se comercializa este producto.
La producción de uvas congeladas está claramente restringida a determinadas variedades como vidal, riesling, gewürztraminer y cabernet franc. Lo ideal en la producción es que la congelación sea natural, nunca el resultado de técnicas artificiales. No en vano, hay que tener en cuenta que una congelación artificial puede desvirtuar los sabores y el efecto que se desea.
¿Y cuál es el resultado? Podemos degustar vinos dulces de color ámbar u oscuro porque este es el sabor que disfrutaremos con toques afrutados de melocotón, albaricoque, melón y mango. Eso sí, hay que decir que, según la variedad de uva que se utilice, los matices del sabor van a ser diferentes. Este sabor se consigue gracias a la deshidratación que genera la congelación, que permite que se concentren los azúcares y ácidos.
Es bueno que destaquemos que este tipo de bebida ya ha recibido diversos reconocimientos y premios internacionales. La técnica, si se aplica bien, consigue unos sabores distintos y muy sabrosos. No ha de extrañar, pues, que los entendidos en vinos ya conozcan esta bebida y las distintas posibilidades que podemos degustar.
Si queremos disfrutar de un vino distinto con una personalidad bien definida, la variedad helada es una buena opción. Animamos, pues, a conocer mejor esta forma de consumir vinos porque estamos convencidos de que va a sorprender.
¿Te apetece probar este vino? ¡Déjanos tu impresión en los comentarios!
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