¿Es posible bajar de peso tomando cerveza?

En la actualidad, existen cientos de dietas, algunas más locas que otras, unas más restrictivas que otras y algunas más divertidas. Lo cierto es que normalmente a cualquier persona le cuesta hacer una dieta y privarse de la buena gastronomía: es difícil desprenderse de los malos hábitos y acostumbrarse a comer sano y equilibrado.

Para las personas que adoran la cerveza, hacer dieta puede ser toda una tortura, ya que normalmente las dietas desaconsejan el alcohol y cualquier bebida que tenga gas. Sin embargo, en este artículo hablamos de una dieta que utiliza la cerveza para ayudar a adelgazar a quien no quiera renunciar a esta bebida.

La dieta de la cerveza

En realidad, lo que propone esta dieta es consumir cualquier tipo de bebida a una temperatura muy baja. Al estar el líquido tan frío, el cuerpo humano tiene que hacer mucho esfuerzo para adaptar este líquido a la temperatura normal del cuerpo, que suele ser de 37º, habitualmente. Ese mayor esfuerzo que el cuerpo tiene que hacer para nivelar la temperatura de la bebida hace que el metabolismo tenga que trabajar más, por lo que se queman muchas más calorías. Esta dieta, por tanto, podría hacerse con cualquier bebida, pero la perspectiva de adelgazar tomando cerveza seguro que suena mejor para muchos.

Tomando las leyes de la termodinámica como base, si alguien tomara diariamente una jarra de cerveza de 500 ml y que esté a 0 ºC, se quemarían hasta 18 500 calorías. Por eso, se cree que bebiendo cantidades moderadas de esta bebida a bajas temperaturas se puede llegar a perder incluso cinco kilos en un mes, aunque hay que tener cuidado con no abusar de esta bebida.

Los beneficios de esta bebida alcohólica

• La nutricionista María Astudillo, autora de 'La dieta Alea' habla de que la ingesta moderada de la cerveza puede ayudar a reducir el peso corporal por sus propiedades diuréticas.
• Además, es una bebida que puede ayudar a prevenir diversas enfermedades del corazón, especialmente los infartos. Esto es así porque la cerveza puede ayudar a que la oxidación de las células no suceda tan rápido, y también a aumentar el colesterol HDL, el colesterol bueno. En definitiva, la cerveza favorece la función cardíaca global y tiene cualidades antiinflamatorias que reducen el riesgo de sufrir un infarto.
• Asimismo, esta bebida alcohólica tiene un alto contenido en vitaminas, minerales y fibra, por lo ayuda a combatir también la retención de líquidos: uno de los principales motivos de que nos sintamos hinchados. Además, gracias a ingredientes como el silicio, se pueden tener más sanos los huesos, ya que este evita la pérdida del hueso y promueve la densidad ósea.
• Puede prevenir el alzhéimer. También se cree que la cerveza puede estar asociada con la protección de enfermedades que afectan a la memoria, como el citado alzhéimer. Esto es así porque el silicio ayuda a reducir la biodisponibilidad de aluminio en plasma y tejido cerebral, que está vinculado en muchos casos con algunas enfermedades neurodegenerativas.
• Realmente su contenido calórico es muy bajo, más del que se cree popularmente. Se ha asociado a esta bebida la típica 'barriga cervecera', pero lo cierto es que esta barriga suele aparecer a consecuencia de una vida acomodada, la falta de ejercicio y una dieta desequilibrada. En realidad, engordan los aperitivos que se comen junto con la cerveza, no la propia bebida en sí.

Aunque esta novedosa dieta pueda funcionar, no hay que perder de vista el hecho de que seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio moderado con regularidad es vital para tener no solo un cuerpo en forma, sino también para cuidar la salud física y mental.