La miel es uno de los recursos naturales más usado por los seres humanos desde los primeros días. De hecho, hoy forma parte de la gastronomía de cualquier cultura: desayunos, postres, ensaladas, etc. Esto es debido a las numerosas propiedades que contiene y que la convierten en un regalo para el paladar, compatible con cualquier comida que se precie.
Beneficios del consumo de miel
Potente antibacteriano
La miel contiene una sustancia que se llama inhibina, dotada con importantes propiedades contra las bacterias. Esta sustancia hace que este alimento pueda ayudar a combatir el acné y, además, sirve como exfoliante para la piel, de ahí que numerosas cremas contengan miel.
Proteínas
Este alimento también te ofrece aminoácidos y enzimas, originadas precisamente por la actividad de las abejas y por el propio néctar de la planta. Las proteínas son importantes sustancias que sirven de palanca para la regeneración de los tejidos.
Conciliación del sueño
En algún momento de tu vida, tu abuela te habrá dado una cucharada de miel para poder dormir, ya que esta estimula la relajación nocturna y el sueño. Es muy recomendable que tomes un vaso de leche caliente junto con una cucharada de miel antes de dormir, para poder descansar tranquilamente. La melatonina que contiene este alimento ayuda también a regular los ritmos cardíacos, así como a mejorar la inmunidad.
Favorece la digestión
Si combinas este alimento con el jugo de limón o la canela (con un yogur, por ejemplo) favoreces el sistema digestivo. Con esta mezcla se ayuda a metabolizar los alimentos, reduciendo al mínimo tus problemas digestivos o estomacales. En la actualidad, hay diversos estudios que certifican la reducción del estreñimiento y la pesadez estomacal tras las comidas más pesadas. Algo muy común es tomarse una manzanilla o un té con una cucharada de miel, ya que mejora la calidad del sueño. Conoce los beneficios del té.
Piel
En la actualidad se fabrican jabones (pastillas, geles, etc.) de miel debido a las propiedades curativas y suavizantes de este producto. Si usas este tipo de jabones para el baño, comprobarás que tu piel se encuentra más suave y van desapareciendo en ellas las asperezas existentes. Por otro lado, si untas un poco de miel en labios secos o agrietados por el frío conseguirás que se ablanden.
Otro de los usos más frecuentes de este elemento son su aplicación en quemaduras y heridas, ya que previene contra la infección de estas, evitando que entren bacterias o cualquier tipo de suciedad.
Alivio de la tos y del dolor de garganta
Seguramente, de niño tus padres o abuelos también te dieron miel para combatir la tos y el dolor de garganta por su efecto aliviador. Sus propiedades antibacterianas te ayudan a aliviar estas dolencias que tanto pueden llegar a molestarte, sobre todo durante la noche. Además, está considerada un remedio natural.
Mejora del funcionamiento del hígado
Este producto milenario produce glucógeno en el hígado. Es la reserva de energía que necesita el cerebro para su óptimo funcionamiento, de ahí la importancia de consumir cantidades frecuentes de miel. Por otro lado, si almacenas una cantidad suficiente de glucógeno en este órgano, verás reducidos tus niveles de estrés.
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