La gastronomía es un aspecto muy importante de nuestras vidas, sobre todo en aspectos como la salud, ya que algunas tradiciones culinarias podrían afectar a nuestro sistema provocándonos ciertas enfermedades. Por esta razón, cuando adquirimos alimentos, lo primero en lo que nos fijamos es en la fecha de caducidad, para no arriesgarnos en comprar algo que caduque muy pronto y que pueda hacer daño a nuestro organismo. Pero existe una sustancia sin esta fecha: la miel.
La miel puede tener cambios de estado con el paso del tiempo: puede cristalizarse o cambiar de color, pero lo cierto es que, pase lo que pase, siempre podrá ser consumida sin problema. Vamos a hablar sobre los factores que hacen que esta cualidad de la miel sea posible.
Motivos por los que la miel no caduca
1. Azúcar
Uno de los principales componentes de la miel es el azúcar, la cual absorbe la humedad de manera muy sencilla, ya que los azúcares son compuestos higroscópicos. La miel tiene muy poca humedad, lo cual no soportan los microorganismos, por lo que no pueden sobrevivir y de esta manera la miel nunca llega a descomponerse.
2. Acidez
Además del factor anterior, la buena conservación de este producto se debe a su acidez. En concreto tiene un pH entre 3 y 4,5. Actúa igual que los azúcares: no permite sobrevivir a los microorganismos.
3. Sustancias anti-microbianas
Las abejas, durante el proceso de elaboración de la miel, aportan unas sustancias a esta anti-microbianas que hacen que este producto sea inmune a los microorganismos. Una de estas sustancias es una enzima llamada glucosa oxidasa, que se mezcla con el néctar y juntos hacen que aparezcan el ácido glucónico y el peróxido de hidrógeno. El peróxido de hidrógeno evita que aparezcan estos microorganismos.
4. Nosotros mismos
A parte de los tres factores anteriormente explicados, hay un último agente muy importante que si no cuidamos estropeará los demás y no surtirán ningún efecto. De nosotros depende que la miel no caduque o se conserve mal. Tenemos que guardarla en un envase bien sellado, alejado de superficies húmedas. Tampoco podemos dejar que la miel entre en contacto con mucha cantidad de agua.
Si seguimos todos estos pasos, podremos consumirla sin ningún problema cuando queramos, con quien queramos, como queramos y donde queramos.
Un consejo: si notas que la miel comienza a cristalizarse, métela en agua caliente y espera a que estos se disuelvan, no debería haber mayor problema.
Recuerda, no importa lo que el envoltorio de esta delicia de la gastronomía diga sobre su fecha de caducidad, podrás consumirlo cuando tu prefieras sin tener que preocuparte de si te va a sentar mal o si va a ser un problema, siempre y cuando la conserves bien. Disfruta de tu miel.
Ahora que sabemos por qué la miel no caduca, es interesante descubrir si la miel engorda.
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