Uzbekistan es uno de esos países que muy pocos conocen. Solo los más aventureros podrán facilitarnos su punto de vista. Pero, poco a poco, este país de Asia central va abriéndose al turismo, después de una férrea dictadura, tras la desintegración de la Unión Soviética, en 1991. Sin duda, sus grandes ciudades nos consiguen sorprender, además de su seguridad, que lo sitúa en la lista de los 20 países más seguros del mundo.
Uzbekistán, un país que tenemos que conocer
No temamos al verlo en el mapa, haciendo frontera con una de las naciones más inseguras, como Afganistán. Uzbekistán no es un país extremadamente religioso, y nos ofrece la posibilidad de viajar solos y sin preocupaciones, con independencia de nuestro género. Debemos tener en cuenta algunas características antes de hacer la maleta.
Podemos estar hasta 30 días de vacaciones
No tendremos ningún problema en alargar nuestra estancia hasta un mes, siempre que demostremos dónde nos alojamos. Tanto en la entrada como en la salida al país verán con lupa si hemos estado en hoteles. Casi es obligatorio alojarse en ellos durante la mayor parte de nuestro viaje. Así que no tiremos ningún comprobante de pago, por si acaso.
Visa gratis para españoles
Desde 2019, los españoles pueden entrar gratis en el país, de la misma manera que los ciudadanos de otros 43 países y del Vaticano.
Sinceramente, 30 días no es tanto tiempo para conocer este asombroso país, que conserva un paisaje inigualable, con plazas de ambiente mágico y desiertos impresionantes. Además tenemos la oportunidad de visitar países vecinos, como Kazajistán y Kirguistán, también seguros.
El inconveniente es el viaje en avión, que de hacerlo directamente desde España puede salir muy caro. Pero, si vemos otras alternativas, como el transbordo en Irán, entrando luego por tierra, los costos se reducen considerablemente.
Qué ver en Uzbekistán
Como ya hemos adelantado, hay mucho que ver en este país, a pesar de que su núcleo turístico se reduce a tres ciudades, que son Samarcanda, Bujará y Jiva. Siempre podemos ver otras regiones, donde seremos recibidos con la amabilidad típica del uzbeko. Tengamos en cuenta que difícilmente hablan el inglés y su segunda lengua es el ruso, tras el uzbeko. Aun así, en las zonas turísticas podremos defendernos con la lengua de Shakespeare.
No podemos irnos sin pasear por la plaza Registán de Samarcanda. Esta gigante, con edificios de ensueño, nos hará sentir satisfechos de haber viajado tantos kilómetros. No olvidemos que estamos en la famosa Ruta de la Seda, y siempre podemos llevarnos un recuerdo del mercado de Siyob, ubicado en esta ciudad. Tampoco se quedan atrás las ciudades de Itchan Kala, con su impresionante muralla, y Shakhrisabz, declarada Patrimonio de la Humanidad.
Es preciso dar un paseo por la historia, conociendo el casco histórico de la ciudad de Bukhara, de origen medieval. Aquí veremos la notable diferencia que existe entre los edificios de la Edad Media cristianos, con respecto a los islámicos.
La comida
Es el momento de mencionar el plato estrella del país, especialmente de la capital Tashkent, el plov. Está creado a base de arroz frito, con muchas especias, carne, verduras y grasa de cabra. Un plato muy saciante, del que también nos podemos aburrir si entramos en el Central Asian Plov Center de Tashkent.
No pueden faltar, en todo el país, los famosos kebabs (llamados aquí shashlik) o la laghman, que es una sopa de noodles. Eso sí, va a ser un viaje difícil para los veganos, ya que la carne se encuentra en casi los platos.
Uzbekistán es un país que tiene mucho que ofrecer y que merece la pena visitar por su belleza.
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