Aunque aparentemente son dos conceptos que se asemejan, se refieren a cosas completamente diferentes y se puede jugar con ambos. Por eso, es importante conocer las diferencias entre un alimento crujiente y otro de crocante.
Diferencias entre un alimento crujiente y crocante
Para empezar, los alimentos crujientes no suelen tener agua en sus propiedades, en cambio, en el caso de los alimentos crocantes, sí pueden contener agua. Además, las dos texturas se suelen mezclar para conseguir crear una única textura mixta.
Algunos de los resultados pueden ser: lechuga crocante, almendra crocante, caramelo crujiente, y pan crujiente, entre otros.
Las texturas tienen una gran importancia en cada experiencia gastronómica, por lo tanto, es importante conocerlas y saber algunos trucos para crearlas. El sonido juega un papel fundamental y cabe darle el valor que se merecen a los alimentos crujientes y crocantes.
La principal diferencia entre una textura crujiente y una de crocante es que la primera se percibe de forma aérea, es decir, a través del sentido del oído. Y en el caso del crocante, se percibe a través de la vibración derivada de morder los ingredientes. Y este último se percibe a través del oído interno, los dientes, y las encías.
Aspectos a tener en cuenta
La textura que recibe todo alimento depende en gran medida de la composición que tenga de agua. Por lo tanto, el porcentaje de agua es lo que determina si se trata de un alimento crujiente o de uno de crocante. Y esto influye directamente en la textura y el sonido que se produce al morder un alimento.
Para averiguar si se trata de un alimento crujiente o crocante es tan simple como percibir como suena al masticarlo, ya que no implica más. Además, uno de crocante involucra una textura que va más allá de un sonido. A modo de ejemplo, al consumir una bolsa de snacks se está comiendo una clase de alimento crujiente y al consumir una zanahoria un alimento crocante.
Y haciendo referencia a las texturas mixtas, son interesantes de elaborar y de consumir ya que crear una experiencia sensorial única e inolvidable. Pueden ser el caso de un praliné, ya que con este ejemplo se puede ver como el caramelo es la parte crujiente y las almendras son crocantes. También, en el caso de las ensaladas, al comer la lechuga se puede percibir lo crocante, pero si se le añade cualquier chip o crouton esto le aporta el crujido a la comida.
Todas estas texturas y combinaciones se trata de elaboraciones que se pueden llevar a cabo en casa y a la vez experimentar nuevos sabores y descubrir platos realmente deliciosos. Es una forma de darle mayor complejidad a las recetas.
A modo de curiosidad, se dice que el sonido afecta en cierta medida a la comida y en cómo percibimos su sabor. A pesar de que el sonido suele ser bastante ignorado en el sector de la gastronomía, hay estudios que determinan su importancia y que demuestran cómo el ruido afecta en la experiencia gastronómica.
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