La sangría es una de las bebidas más conocidas dentro y fuera de nuestro país. Un referente en la gastronomía que residentes nacionales y turistas extranjeros demandan, sobre todo durante los meses de verano. Su poder refrescante ayuda a superar el calor del día y ofrece un agradable sabor para acompañar a las comidas y a las cenas.
El origen de la receta es algo confuso y, según qué lecturas realicemos, colocan las primeras anotaciones referidas a dicha combinación de alimentos entorno a principios del siglo XVIII. El origen etimológico de la palabra viene relacionado con el color resultante de la unión del vino y de las frutas, base para su preparación. Y se le atribuye a la lengua inglesa que comparaba el líquido resultante con la sangre.
Consejos para prepara una sangría.
Si decidimos invitar a un grupo de amigos a saborear una comida veraniega en nuestra casa, es imprescindible que preparemos una sangría para acompañar los platos.
Su sabor ligero y refrescante es ideal para combinar con carnes, pescados y verduras.
Para que el gusto que deje en nuestra boca la sangría sea el esperado, es imprescindible que compremos un vino tinto joven de buena calidad. No es necesario que sea una botella considerada gran reserva, pero tampoco debemos decantarnos por un vino muy barato, ya que su sabor es la base para elaborar la bebida.
El segundo gran componente de la sangría es la fruta. La sangría admite casi todo tipo de fruta, en este punto jugaremos con aquella que más nos guste. Recomendamos elegir frutas de temporada, pero que tengan una textura dura, es decir, fruta del tipo de la manzana o el melocotón. Descartamos aquellas que se puedan llegar a deshacer como la piña en lata.
Otro aspecto importante es el tiempo que debe permanecer la mezcla en maceración. Si se realiza el combinado justo en el momento de servirse no dará tiempo a la fruta y al vino a impregnarse de los diferentes sabores. Una temporalidad de dos horas suele ser suficiente para que las frutas cedan todo su sabor a la bebida.
Ingredientes:
- Una botella de vino tinto joven.
- Un melocotón pelado y troceado.
- Una manzana, también pelada y en trozos medianos.
- Dos naranjas troceadas y peladas (se puede añadir también un limón, al gusto). La piel de la naranja también se agrega, pero separada de la pulpa.
- Media rama de canela.
- Azúcar según el gusto.
Estos serían los ingredientes básicos, pero la sangría acepta diferentes combinaciones dependiendo del paladar de los comensales.
Elaboración
Se añade el vino, el azúcar y las frutas en un recipiente amplio que permita realizar la mezcla con comodidad y se deja reposar unas dos horas antes de servirse.
El hielo se introduce en el recipiente justo en el momento en el que la bebida vaya a ser consumida. Si lo hacemos antes se derretirá y llenará de agua la mezcla.
Con estos sencillos pasos disfrutaremos de una de las bebidas, sin duda, más apreciadas de nuestra gastronomía.
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