Muchos turistas eligen el sur de España por su buen tiempo y sus playas. Sin embargo, los que escogen el norte saben que no les defraudará su gastronomía. Si bien es cierto que España ha sido elegida por el resto de europeos como su segundo destino preferido, después de Italia, los españoles se decantan por los platos gallegos, tras la comida vasca, como su opción gastronómica nacional predilecta.
Sabores marinos
Y es que a Galicia no le faltan encantos. Desde sus paisajes abruptos y su mar bravío hasta manjares como el pulpo o su gran variedad de mariscos. Precisamente el pulpo a la gallega es su plato estrella. Está elaborado con una base de cachelos (patata gallega cocida), coronada por el pulpo cocido y aderezado con un buen pimentón, sal y aceite de oliva virgen extra.
Manjares de la montaña
El caldo gallego es otro de los imprescindibles cuando hace frío. Lleva berza o repollo, cachelos, alubias blancas, grasa de cerdo y sus sacramentos: panceta, chorizo, lacón o morro de cerdo.
Aunque dependiendo de la época del año y del lugar del que se trate puede variar alguna verdura o algún tipo de carne, la base siempre es la misma y suele servirse como primer plato con el fin de entrar en calor cuando el frío y la lluvia, que tanto la caracterizan, hacen acto de presencia.
El lacón con grelos también es un plato muy apropiado si deseas entrar en calor, además de sano por sus ingredientes y su técnica de cocinado. Los grelos son un tipo de verdura (el brote floral del nabo) que se cuece junto a la patata y al lacón (la pierna delantera del cerdo curada).
La empanada es otro alimento de gran tradición. Por ello, puedes elegir entre una gran variedad de sabores. Puedes ser de bacalao (la más clásica), de bonito o de carne. La masa de la empanada es un secreto muy bien guardado entre los artesanos. La trabajan con mimo para más tarde rellenarla con exquisiteces y hornearla con un agujero en medio. El objetivo de esta maniobra es que salga el vapor y no se formen burbujas dentro ni se rompa la masa durante la cocción.
¿Qué hay de los dulces?
Para terminar de saborear a fondo la gastronomía gallega, ¿qué te parece rematar con unas filloas? Se trata del postre gallego más típico. En sus inicios se hacían con sangre de cerdo. Hoy en día los elaboran con harina, huevo, leche y azúcar y se asemejan mucho a las crêpes francesas, aunque su masa es mucho más fina y admiten casi cualquier relleno como, por ejemplo, chocolate, miel, nata o crema, entre otros.
Si lo prefieres, puedes optar por un trozo de tarta de Santiago, hecha con harina de almendra, huevos, azúcar y mantequilla. ¿Conoces una gastronomía más completa?
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