La comida en los aviones tiene mala reputación y hay algunas causas para ello. Las aerolíneas en muchos casos se esfuerzan por presentar algo más parecido a la buena gastronomía, y hasta hay algunas que se apegan a menús diseñados por grandes chefs, pero hay circunstancias que obran en contra.
Algunos datos sobre la comida de avión
Desde que United Airlines inició en 1936 la costumbre de servir comidas a los pasajeros, ha sido un aspecto en evolución. En los actuales momentos existen empresas de catering que se dedican a preparar los alimentos que consumen los pasajeros y la tripulación, pero además hay circunstancias relacionadas con la ruta del vuelo y los aeropuertos que limitan las opciones.
Condiciones particulares
De requerirse una dieta especial por intolerancias, alergias, por preferencias personales o normas religiosas, esto debe notificarse a la aerolínea con anticipación. Aunque muchas llevan alimentos con estos requisitos, puede que no alcance para todas las personas que los solicitan a menos que se haya avisado. En muchos vuelos dentro de la UE es aceptable la opción de traer la comida de casa.
Preparación de los alimentos
Las empresas que se dedican a esta actividad trabajan en las cocinas que están en muchos aeropuertos y que son supervisadas como cualquier otra. Una vez preparados, los alimentos se llevan en camiones refrigerados hasta el avión, donde pueden estar en las neveras unas horas o unos pocos días, cuando se trata de un avión que hace varias rutas o que hace escala en aeropuertos que no tienen cocina. Luego se calientan en un horno especial antes de servirlos en cabina.
Los sabores y opciones
La altitud, el aire seco y la baja presión dentro del avión hacen que los sabores se perciban en un porcentaje que puede ser hasta el 30 % menor. Por ello hay que adicionar más condimentos durante la preparación. La excepción es el jugo de tomate, que sabe mucho mejor que en tierra. Un aspecto que suele decepcionar es la poca variedad de opciones, que suelen ser ternera, pollo o pasta, pero es un buen momento para ejercitar la tolerancia.
Doble ración
En un vuelo largo es conveniente comer lo suficiente. El tedio o la ansiedad también pueden llevar a tener más apetito. Por esas razones es posible que una comida no sea suficiente en algunos casos. Pero, con la condición de que la alimentación esté incluida en el precio del pasaje y se haya terminado la previa comida, se puede pedir una segunda. De hecho, está previsto a la hora de calcular la cantidad de raciones que se embarcan.
¿Qué se sirve?
Dependiendo de la longitud del vuelo puede que se sirvan una o dos comidas. Para vuelos cortos suele ofrecerse un sándwich o un snack y una bebida. Cada aerolínea tiene sus normas tanto respecto a lo que se sirve como a si será una comida caliente o fría.
La comida de los tripulantes
Como una medida de seguridad para prevenir que ambos, piloto y copiloto, sufran una intoxicación, comen alimentos diferentes, nunca toman lo mismo. De esta manera al menos uno de los dos estará en condiciones de terminar el vuelo. Lo mismo sucede con el resto de la tripulación, cuando dos personas desempeñan un mismo rol.
Algunas opciones
Las siguientes son algunas entre las alternativas que se pueden encontrar en las diferentes líneas aéreas y países: menú para diabéticos, para niños, para bebés, bajo en colesterol, bajo en sodio, bajo en calorías, sin lactosa, de fibra, vegetariano, de pescado, chino, hindú, musulmán o kosher.
La comida que se sirve en un vuelo puede que no llene las exigencias de la alta gastronomía, pero no dejan de ser alimentos de buena calidad que pueden tomarse sin mayor riesgo.
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