El turismo es uno de los grandes motores económicos del mundo y dentro de este sector la gastronomía es uno de los grandes atractivos que atrae visitantes a muchos países. El turismo gastronómico fomenta la preservación de las auténticas tradiciones y está a favor de la sostenibilidad. Tanto la alta cocina como las raíces culinarias profundas de las recetas locales tienen su aporte que hacer dentro de este tipo de turismo.
El turismo gastronómico
Esta modalidad permite la conexión real del viajero con la cultura local. Se inició en el siglo XX con las primeras rutas gastronómicas en las que participaban gastronomers o gourmets. El turismo gastronómico se orienta hacia las nuevas experiencias que se viven al conocer la auténtica gastronomía de una determinada región. Está dirigido a amantes y conocedores de la buena cocina, a profesionales del área y los interesados en su historia y evolución. La Organización Mundial del Turismo los define así “Visitantes y turistas que planifican sus viajes con el fin de probar la cocina del lugar al que van o realizar actividades relacionadas con la gastronomía”.
Tendencias actuales
La diversificación de este tipo de turismo ha traído como consecuencia que se establezcan tendencias cambiantes y en constante evolución.
Tours gastronómicos
Los paseos guiados a lugares de producción como granjas, viñedos y bodegas para hacer degustaciones es una de las más extendidas tendencias. Son dirigidos por personas que representan alguna marca local y suelen incluir varios productos o variedades de uno, como vinos o quesos.
Comida casera
Es una excelente oportunidad para involucrarse ya que la experiencia implica una inmersión. Se puede apreciar cómo se preparan los ingredientes y se sirven los alimentos, cómo se consumen y las relaciones de familiaridad entre los presentes y con la comida. Es una experiencia que permite la más amplia interacción y comprensión de la cultura local. Puede accederse a este tipo de turismo mediante un voluntariado en la región cuya gastronomía se desea conocer.
Street food
Es una muy importante tendencia en algunos países de Asia como la India, Filipinas y Sri Lanka, así como en Londres y Estambul. Consiste en probar la comida que comen los habitantes locales. Suele tratarse de platos artesanales muy gustosos y preparados al momento, que se comen de pie o caminando en calles y mercados y permiten continuar el tour por la ciudad sin detenerse demasiado. Esta tendencia ha cobrado gran fuerza pues es económica, sencilla, auténtica y facilita la interacción social con los habitantes.
Clases de cocina
Además de permitir un aprendizaje acerca de los ingredientes y la manera de preparar los platos de determinada gastronomía, se conocen de cerca las costumbres que los rodean. Permite a los turistas interactuar entre ellos en una satisfactoria experiencia compartida. Es adecuada para grupos, parejas o para los que viajan solos. 
Experiencias de los millenials
Las generaciones de relevo se decantan en ese momento por experiencias inmersivas, participativas y de alta interacción en el marco de lugares estimulantes. La curiosidad y el creciente interés se extienden desde la producción de los ingredientes hasta ser parte de los procesos de preparación.
Algunas de estas experiencias incluyen las visitas a bodegas en las que se hacen catas de vinos, a pequeños productores artesanales y a distintos tipos de eventos gastronómicos. Los show cooking, las rutas culinarias, las cenas épicas o con celebridades, las experiencias de pesca y las ferias de alimentos artesanales se inscriben dentro de esta tendencia.
La gastronomía local de cada país es parte del patrimonio cultural y es un recurso para lograr el desarrollo sostenible de las comunidades. Permite la continua adecuación y crecimiento de los espacios y de los sistemas de acogida para los visitantes.
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