En el amplio mundo de la gastronomía, existen técnicas y trucos sencillos de realizar, accesibles a todo el mundo y que nos ofrecen resultados espectaculares. Tal es el caso de los aceites aromáticos, una forma de enriquecer el aroma y el sabor de todo tipo de platos gracias a la actuación de aceites macerados, en los que se han infusionado hierbas aromáticas. Una forma sencilla y económica de aportar matices a cada plato.
Los aceites aromáticos, una preparación sencilla con grandes resultados en gastronomía
Para la elaboración de un aceite aromático, es recomendable elegir un buen aceite de oliva virgen extra, si es posible de sabor suave, con el fin de captar todos los matices del componente con el cual queremos aromatizar.
En cuanto a los ingredientes para aromatizar, son muy comunes las hierbas frescas y especias, tales como el orégano, tomillo, u otros elementos como ajos y guindillas cuando se quiere elaborar un aceite picante. Para realzar el propio sabor del aceite, nada como hacer un macerado con aceitunas negras, y para un aceite con sabores cítricos, podemos infusionar cáscaras de naranja o limón.
Para elaborarlos, existen distintos procedimientos dependiendo del ingrediente aromatizante y del tiempo disponible. Por ejemplo, el calor puede acelerar el proceso, aunque lo común es dejar infusionar los ingredientes en el aceite a temperatura ambiente alrededor de tres semanas.
En definitiva, la clave está en añadir al aceite elementos aromatizantes, y dejarlos reposar durante un período determinado para que puedan soltar en el aceite todos los sabores y aromas, que harán que nuestros platos tengan distintos matices.
Algunos de los mejores aceites aromáticos
Una de las especias que aportan más sabor e intensidad al aceite es el orégano. El aceite aromático de orégano realza el sabor mediterráneo de platos como pasta, pizza o salsas de tomate, estrellas de la gastronomía italiana.
Para elaborar este aceite, simplemente mezclaremos 250 ml de aceite de oliva virgen extra, 1/2 cucharadita de sal, 2 cucharadas de orégano seco, y 2 hojas de laurel. Se deja reposar un mínimo de tres semanas y se obtiene un aceite de ricos matices mediterráneos.
Otra hierba que combina especialmente bien con el aceite de oliva virgen extra es el romero. Para elaborar un aceite aromático con sus hojas, se mezclan 3 ramitas de romero fresco (si no se dispone de él, se puede utilizar seco) y un pellizco de sal junto con el aceite. Se dejará reposar durante un mes y, si es posible, se renovarán las hierbas pasadas dos semanas para obtener más sabor y aroma.
Este aceite aromático aporta muchos matices a pescados y a platos como la pasta.
Y para la elaboración de dulces, el aceite aromático de canela aporta un sabor cálido e intenso. Para su elaboración, mezclar 250 ml de un aceite de oliva virgen extra de sabor suave, 1 rama de canela y 75 gramos de jengibre picado en rodajas muy finas. Se confitan los ingredientes durante 3 horas a fuego muy bajo, se deja reposar durante un día y se filtra.
Estos son solo algunos ejemplos de las posibilidades de los aceites aromáticos en gastronomía, una técnica sencilla que ofrece a nuestros platos un plus de sabor.
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