Los churros son de los dulces más sencillos y tradicionales que existen, tan solo basta hacer una masa de harina, agua y sal, freírla y disfrutarla con azúcar espolvoreada. Lo ideal es que el resultado muestre unos churros crujientes y poco grasientos. Son ideales para el desayuno. Esta receta es muy buena para que participe toda la familia, e incluso puedes acompañarla de un chocolate caliente.
¡Manos a la obra!
Ingredientes:
- 250 gramos de harina.
- 250 mililitros de agua.
- 1 cucharadita de sal.
- Azúcar.
- Aceite de oliva para freír.
- Churrera o manga pastelera.
Elaboración de los churros caseros
En primer lugar, añadimos la harina a un bol limpio y ponemos a calentar agua con sal en una cazuela. Una vez que empiece a hervir, la vertemos sobre la harina y ayudándonos de una cuchara de madera, iremos moviendo hasta que quede una masa compacta y pegajosa.
En segundo lugar, introducimos la masa en una churrera o en una manga pastelera con la boca en forma de estrella. Es el paso más importante, de él depende que los churros salgan bien. Si tenemos churrera, rellenamos con la masa; y si necesitamos la manga pastelera, pues hacemos lo mismo.
En tercer lugar, una vez que tenemos el utensilio relleno de la masa, vamos haciendo las diferentes porciones de churros y dejándolas sobre un paño. Al mismo tiempo, vamos calentando el fuego en una sartén con abundante aceite.
En cuarto lugar, cuando este aceite ya esté caliente, vamos friendo nuestras porciones, cocinándolas a fuego medio, evitando así que por dentro se queden crudos. Tenemos que tener cuidado si usamos manga pastelera, ya que el aceite puede saltar al ir echando a freír las porciones. Tenemos también la posibilidad de hacer porras, que es una variante, donde se fríen en una rosca grande y luego se cortan en tiras más pequeñas.
En quinto lugar, retiramos todas las porciones del aceite y las dejamos escurrir sobre un papel absorbente.
Por último, solo nos queda espolvorearle azúcar blanquilla o en polvo, y disfrutarlos.
Con esta receta maravillosa, podrás quedar como un rey o disfrutar de una magnífica mañana de fin de semana en familia. Es muy sencilla, por lo que cualquiera, aunque no sea muy bueno en la cocina, puede hacerla. No dudes en probarla, quedarás satisfecho y tus comensales también. Su resultado te transportará a otros momentos ya vividos, como los de la infancia. ¿A qué esperas? Cuéntanos tu experiencia y dinos que te ha parecido. ¿Repetirías?
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