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La gastronomía y el plátano japonés de cáscara comestible

En la gastronomía las novedades están a la orden del día y la última llegó el pasado mes de noviembre de 2017 desde la zona oeste de Japón, de Okayama, donde la firma D&T Farm ha conseguido crear un tipo de plátano del que se aprovecha todo, hasta la cáscara. Es la mongee banana. En la jerga de la zona el término mongee significa 'increíble'.

Su aparición ha sido posible mediante un proceso de 'descongelación por descongelación', concebido para extraer el ADN de las frutas e implementarlo después. Una técnica que permite que un producto tropical pueda cultivarse en ambientes mucho menos cálidos.

Lo que se ha pretendido es el retorno al final de la edad del hielo, veinte mil años atrás, cuando las plantas crecían a temperaturas excesivamente bajas. En ese tiempo, durante el día se alcanzaban los 13 grados de temperatura aunque por la noche el frío llegaba a ser de muchos grados bajo cero.

La gastronomía más dulce a 60 grados bajo cero

Lo que ha hecho D&T Farm es congelar las plántulas de este fruto hasta 60 grados bajo cero para plantarlas una vez descongeladas.

De momento, su producción es muy limitada porque únicamente se comercializa en el Fruit Corner Tenmanya Okayama, donde solo se reciben 10 ejemplares por semana. No obstante, sus posibilidades de desarrollo futuro apuntan más lejos porque al no producirse en un ambiente tropical, carecen de depredadores naturales. Y por lo tanto, no es necesario utilizar pesticidas.

También hay que tener en cuenta que el plátano que conocemos de toda la vida necesita dos años para desarrollarse, en tanto que la nueva banana japonesa solo precisa de 4 meses.

Las mongee tienen un sabor mucho más dulce; si un plátano común tiene 18,3 gramos de azúcar, en esta nueva modalidad se alcanza la cifra de 24,8 gramos. Una circunstancia que conlleva que resulten muy pegajosos y que su olor resulte mucho más penetrante. Su sabor tropical resulta muy intenso que llega a asemejarse al de la piña.

Estas bananas, que tienen la piel más fina, solo se pueden comer a partir del momento en el que aparecen pequeños puntos de color marrón en la superficie. Se trata de una diferencia muy importante respecto al plátano convencional, que madura mucho antes de que aparezcan esas motas marrones.

No es tan dulce como lo de dentro pero se puede comer la cáscara 

Puestos a comer, hasta se puede comer la cáscara, que no es tan dulce como lo de dentro pero que igualmente tiene un sabor agradable al paladar. Y que resulta muy nutritiva.

Por lo general, los plátanos convencionales tardan dos años en desarrollarse pero con el método japonés ese tiempo se reduce a tan solo solo cuatro meses.

Lo que de momento no resulta tan competitivo es el precio, que alcanza los 648 yenes, casi 5 euros por unidad. Es algo lógico si se tiene en cuenta que de momento únicamente se producen 10 plátanos por semana. El reto es hacer que la nueva técnica pueda resultar rentable.

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Imagenes:http://mongeebanana.com/

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