Seguramente has oído hablar de la danza del vientre, sin embargo, aunque nos queda claro que parece venir de Oriente, no sabemos muy bien su origen ni sus beneficios. Si estás pensando apuntarte a practicar esta modalidad o simplemente te ha entrado curiosidad, a continuación te resolvemos estas cuestiones.
Origen de la danza del vientre
Lo que hoy se conoce como danza del vientre es el resultado de la evolución de diversas danzas originarias de Oriente Próximo, el norte de África y Grecia. Algunos especialistas sitúan su origen en Egipto, en torno a unos 1300 o 1200 años a. d. C. Este baile era típico entre las esclavas de los harenes. Su habilidad a la hora de bailar era una de las virtudes que ponían precio a la mujer esclava.
Se diferencian dos modalidades: la danza oriental, más elegante y refinada, y la danza del pueblo, que se caracteriza por movimientos más simples. A lo largo del siglo XIX, en Europa empezó a conocerse este tipo de baile. En Francia se la denomina danza del vientre desde la década de 1860.
La danza del vientre se compone de movimientos muy sensuales, sobre todo de cadera y de vientre. No obstante, hay una amplia diversidad de estilos teniendo en cuenta la zona geográfica o la vestimenta que se utilice. Existe una considerable variedad de pasos dentro de la danza oriental que permite una infinidad de coreografías.
Beneficios de la danza del vientre para la salud
Cabe destacar que la práctica de la danza del vientre conlleva una serie de beneficios para la salud, debido al carácter aeróbico de la inmensa mayoría de movimientos que se llevan a cabo en el transcurso de este baile. En el desarrollo de la danza del vientre se produce la contracción y extensión de varios músculos. Suele ser una actividad muy recomendada para las mujeres embarazadas, tanto antes como después del parto. Los movimientos ejercidos durante el baile ayudan a tonificar la zona del abdomen y de la pelvis.
La práctica de esta danza contribuye a mejorar la salud cardiovascular. Las bailarinas que están mínimamente entrenadas pueden llegar a bailar durante horas. La resistencia y el continuo movimiento permiten a la mujer conseguir una figura escultural, al igual que si estuviera practicando determinados deportes como el ciclismo o la carrera continua.
Además de los músculos, los huesos también salen fortalecidos con la práctica de esta danza. Los movimientos ayudan a aumentar la circulación del líquido sinovial, fundamental para las articulaciones. Al fortalecer los músculos de la espalda y del abdomen, se mejora la postura y se evita la aparición del dolor de espalda. Otro de los beneficios de esta danza es la prevención de la osteoporosis y el fortalecimiento de los huesos. Además, al llevar a cabo los movimientos de una forma sensual y suave, se puede decir que es un ejercicio de impacto bajo. Esto permite que pueda ser practicado por mujeres de todas las edades.
Por supuesto, la práctica de la danza del vientre contribuye a la pérdida de peso. Se calcula que una hora bailando puede llegar a quemar hasta 300 calorías, dependiendo de la intensidad con la que se practique.
La danza del vientre es un tipo de baile muy recomendable tanto para disfrutar como para mejorar la salud y la autoestima.
¡Vamos a ponernos a ello!
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