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10 destinos perfectos para el yoga y la buena gastronomía

La práctica del yoga busca el equilibrio y la salud física y emocional. Podemos decir que, al igual que la gastronomía, persigue la armonía y el bienestar.

Este arte milenario requiere de un entorno de paz que favorezca la relajación, por lo que el lugar en el que se practica toma crucial importancia.

¿Dónde practicar yoga?

A continuación, te mostramos algunos lugares donde la armónica relación con el entorno invita a lograr la trasformación mediante esta disciplina.

Rishikesh en la India

A esta ciudad a los pies del Himalaya se la ha llamado la capital mundial del yoga por su festival anual, al que acuden yogis de todo el mundo. Decenas de templos y ashrams invitan a un fructífero retiro espiritual.

Chaiya en Tailandia

Este país cuenta con una gran tradición de yoga. En el refugio forestal de Wat Suan Mokkh y en las playas desiertas hay absoluta paz para un retiro perfecto.

Como plato emblemático del que disfrutar tras una buena sesión de relajación, tenemos el Pat sii iu, un exquisito pollo con noodles y salsa de soja.

El desierto de Marruecos

El sitio indicado para un ambiente de silencio e imponente soledad. Las dunas de Erg Chebbi y el oasis de Merzouga pueden ser visitados para tomar sesiones de meditación y yoga.​

Como delicia local están los tajines de cordero con dátiles, pasas y almendras.

Chiang Mai en Tailandia

Un lugar de templos y monasterios de estremecedora belleza, ideal para aprender directamente de los monjes budistas.

El contraste de sabores se ve reflejado en el Popiah, rollos de masa de trigo rellenos de brotes de soja, zanahorias, tiras de cerdo y huevo cocido, bañados en salsa dulce o picante.

Costa Rica

El lema de este país es «Pura vida». Se puede comprobar no solo en su biodiversidad, sino también en la práctica de actividades de salud holísticas, que incluyen al yoga.

La olla de carne es un gustoso guiso de res, zanahoria, plátano, yuca, camote y patata.

Willcamayú en Perú

Este Valle Sagrado de los incas, situado cerca de Machu Picchu, está lleno de pueblos coloniales, con pequeños lugares donde practicar yoga en retiros de varias semanas.

Además de los ceviches, su gastronomía tiene una riqueza única. El ají de gallina cocida en leche, desmenuzada y servida con papas amarillas y aceitunas, es un homenaje al mestizaje.

Estambul en Turquía

Bajo el barrio de Sultanahmet está ubicada la Basílica Cisterna, donde las escuelas de yoga locales organizan sesiones. Forma parte del antiguo sistema de almacenamiento de aguas: un bosque de elevadísimas columnas en un espacio lleno de ecos.

El Testi Kebab es cordero con verduras cocinado en una vasija de barro, que sorprendentemente se rompe frente a los comensales al momento de servir.

Ubud en Bali

El país cuenta con un festival anual de yoga, el Bali Spirit. Además, Ubud es un centro de sanación holística ubicado en medio de arrozales.

Los incisivos condimentos de esta gastronomía se hacen presentes en el Babi Guling, lechón asado con cúrcuma, pimienta y jengibre.

Santorini en Grecia

En la bella Santorini se puede practicar yoga en la playa, antes de un baño en el mar o en las aguas termales del volcán, para una experiencia de completa relajación.

El gemistá es un plato muy mediterráneo de pimentones horneados y rellenos con arroz, tomate, cebolla, queso feta y aceite de oliva.

Hawai

En esta isla el yoga está muy extendido, y hay variantes como practicarlo después de una caminata en medio de una floresta o sobre una tabla de surf, flotando en el mar.

Una interesante muestra de la mezcla cultural hawaiana es el exquisito Kalbi Ribs, costillas de cerdo con sésamo y salsa de soja.

Practicar yoga y disfrutar luego de la gastronomía local es una experiencia placentera muy difícil olvidar. yoga

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