La slow food es lo contrario de la fast food, una actitud muy sana a la hora de relacionarse con los alimentos, recreándose en ellos, poniendo toda la atención, los cinco sentidos. Se trata de comer muy despacio, sin estrés de ningún tipo, de disfrutar del momento, de la calidad de lo que se degusta, de su procedencia, etc. Al cocinarlos se aplican mimo y cariño.
La slow food nació en Roma en 1986
Aunque su filosofía se podría equiparar fácilmente con los clichés sociales que actualmente están más de moda, el movimiento ya empieza a destilar una cierta veteranía porque nació en Roma en 1986, hace 31 años. Fue la respuesta, tal vez lógica, tal vez visceral, ante un suceso inaudito que acababa de ocurrir en Roma: la apertura del establecimiento de una filial de McDonald's junto a la escalinata de la plaza España.
Contra la colonización, 'alimentos del Arca'
Un acontecimiento insoportable para un grupo de periodistas locales, que no estaba dispuesto a dejarse colonizar por los norteamericanos y su forma tan grosera de comer con las manos, sin plato, ni cuchara, ni tenedor.
Reporteros con mucho arte que realizaron una quedada delante del establecimiento de comida rápida recién inaugurado, para protestar y darse un auténtico festín a cámara lenta. Así prendió una llama que ha saltado a un total de 130 países de los cinco continentes, a la que en 2004 la FAO (Organización de la ONU para la alimentación y la agricultura) reconoció como entidad sin ánimo de lucro, estableciendo con ella un canal de relación y colaboración.
Se trata de un movimiento que, inspirándose en la escena bíblica del Arca de Noé, trabaja a favor de la conservación de las plantas de cultivo y de los animales de consumo, para sacarlos después al mercado bajo el paraguas comercial de 'Alimentos del Arca'.
Sin duda, nuestra relación con los alimentos debe cambiar, ¿será esta la manera?
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