Hagamos un paréntesis en estos tiempos crispados y recibamos las Navidades en buena compañía, al calor de los fogones y regalándonos sabores nuevos para nuestros exigentes paladares que apuestan también por una gastronomía diferente.
Sin movernos de la mesa, que por Navidad se presenta elegantemente vestida, pongamos rumbo gustativo hasta el lejano oriente donde presentamos una propuesta de color y perfecta geometría muy característica de este archipiélago volcánico.
Navidades blancas
Japón
Curioso es que la noche del 25 los japoneses no acostumbran a cenar en casa y pocos acuden a restaurantes lujosos. La tradición los lleva a comer pollo frito en una conocida cadena de comida rápida. Ahora bien, Noche Vieja y Año Nuevo son celebraciones con mayor simbolismo gastronómico y espiritual. Despiden pues el año con fideos de trigo, símbolo de prosperidad y larga vida, acompañados desopa de verduras con pasteles de mochi. Un menú austero que es la antesala del verdadero espectáculo gastronómico para nuestros sentidos.
Se llama Osechi Ryori y son distintos alimentos cocinados días antes y dispuestos en unas cajas que se consumirán durante los primeros días del nuevo año. La exquisitez en la disposición de los alimentos, su delicadeza visual y armonía en colores y sabores, es quizá la mejor descripción de una sociedad que, a través de la gastronomía, ha sabido salir de ese hermetismo al que estuvieron años confinados. Para combatir las bajas temperaturas, sake caliente es siempre la mejor elección. ¡Consigue la experiencia alojandote en este hotel!
Rusia
Continuamos nuestro periplo gastronómico por tierras de zares y zarinas. 12, como los apóstoles, son los alimentos que no deberían faltar en una tradicional mesa navideña rusa. Ensaladas, la sopa tradicional a base de verduras y de un rojo intenso, arenque, aves, dulces y, sobre todo, caviar y mandarinas son los protagonistas de la noche. El caviar negro es el más preciado y las mandarinas se comen en grandes cantidades. Nota: no es tradición comerse una mandarina por cada campanada. Lo que sí no falta en una celebración que se precie es el vodka. ¡Este hotel es magnifico para experimentar las navidades en Rusia!
Groenlandia
Guiados por la mágica luz de las auroras boreales, nos detendremos en Groenlandia. Una de las protagonistas indiscutibles de su gastronomía es la carne de ballena, tema tabú para cualquier groenlandés. El mattak es una exquisitez navideña a base de piel de este cetáceo con una tira de su grasa dentro. Su sabor se asemeja al del coco y hay que ingerirlo sin masticarlo.
Alemania
De la gastronomía de nuestros vecinos teutones conocemos sus salchichas, cervezas, asados y purés de patatas. Más allá de esto, los germanos son excelentes reposteros y preparan para estas fechas deliciosas galletas, pan dulce, panecillos de especias y bizcocho de pimienta.¡Este fabuloso hotel en Berlín te garantizará la mejor experiencia!
Navidades calientes
Y, de la imagen invernal propia de cualquier estampa navideña, viramos el globo para aterrizar en los antípodas.
Australia
Una barbacoa de carne o de pescado en la playa sería la celebración navideña más tradicional. Para el postre poca innovación, ya que el pastel inglés de ciruela es el elegido. ¡Prueba este maravilloso hotel a un gran precio!
Argentina
Al otro lado del charco, los argentinos, siempre fieles a su gastronomía, despiden el año con un sabroso asado argentino. Selección de la mejor carne vacuna, de cerdo o de cordero, regado todo ello con vinos locales. Experimenta esta experiencia en este hotel.
Ghana
En este país que brilla dentro de un continente asolado por la hambruna y las guerras, las familias se reúnen con sus vecinos para comer fufú (pasta de ñame) o sopa de okra (una hortaliza africana). Los más afortunados podrán acompañarlo con algún trozo de carne estofada. Aquí puedes descubrir un gran alojamiento para tu estancia.
"No hay amor más sincero que el que sentimos hacia la comida", decía aquél. Después de esta ruta de la gastronomía por el mundo, falta poner en práctica aquellas recetas que hayan despertado nuestro interés. Los más osados, viajemos al destino en cuestión y seamos protagonistas de esta cata tan navideña.
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