metricool

La verdadera historia del ballet

Como probablemente sepas, durante la Edad Media la moral cristiana decidió tildar de inmoral la danza, a la que la Iglesia siempre relacionó con la sensualidad y el erotismo. ya que el cuerpo era considerado como una fuente de pecado. A pesar de que la antedicha institución apostaba por la espiritualidad, la sociedad no dudó en seguir bailando, lo que dio lugar a una evolución artística en los siglos venideros.

El Renacimiento se caracterizó por renovar, totalmente, los parámetros artísticos: apostó por el regreso de la filosofía de los clásicos, en la que no tenían cabida ni las prohibiciones ni la moralina. Así, en Italia se comenzaron a incorporar actuaciones de ballet antes de las representaciones teatrales o musicales con las que los nobles alegraban la velada a sus visitantes.

La creciente importancia de la danza provocó que artistas como Boticelli decidieran colaborar en la creación de decorados, para darle la importancia necesaria a cada actuación.

La evolución del ballet a lo largo de los siglos

Fue Domenico da Piacenza el primero en recoger, en su obra De arte saltandi et choreas ducendi (Del arte de saltar y de dirigir coros), los pasos fundamentales del ballet (término que proviene de balleto, creación de da Piacenza y Da Pesaro).

Ten presente, además, que en el siglo XVI Catalina da Medici instó a su marido, el duque de Orleans, a que introdujera la danza en la corte francesa. Curiosamente, el baile servía para promocionar las virtudes de los nobles y las representaciones no tenían ni orden ni concierto, por lo que urgía la necesidad de organizar cada actuación de una forma más certera.

Así lo hizo Beaujoyeulx que, en 1581, estrenó su obra Ballet comique de la reine, considerada por los historiadores como el primer espectáculo de danza de la historia. En el siglo XVII, en Inglaterra se apostó por eliminar el uso de las máscaras, por reducir la presencia del canto y por darle el protagonismo necesario a la expresividad corporal. En Francia, el propio Luis XIV se convirtió en el rey Sol gracias a su participación en el Ballet de la nuit, una obra en la que participó como profesional.

Además, en 1661 el monarca fundó la Real Academia de Danza. Cincuenta y dos años después se creó la Escuela de Ballet de la Ópera de París, la más antigua del mundo y la única que era gratuita para todos los interesados en aprender esta disciplina que, como bien imaginas, era cada vez más popular.

Fue en esta institución donde Pierre Beauchamp le dio nombre a los pasos que hoy conoces. Posteriormente, autores como Lully (que consideraba que cada espectáculo debía tener un único coreógrafo) y Molière (autor de la parte dramática) mezclaron la comedia con el ballet.

Y el resto es historia. En los siglos XIX, XX y XXI la danza sigue protagonizando las programaciones de los mejores teatros del mundo y se ha convertido en una de las alternativas escénicas más importantes e imprescindibles para disfrutar del arte, la cultura, la sensibilidad y la emoción más intensa en un mismo escenario.

Sin comentarios

Añadir un comentario