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Todo lo que necesitas saber para distinguir un buen jamón

La gastronomía es de los mayores placeres de esta vida. Por ello es importante conocer los productos y alimentos. Uno de los placeres más comunes en la cultura española es sentarse alrededor de una mesa, una buena conversación, un buen vino (que en España los hay magníficos) y algo para comer.

Cuando llegan las fechas importantes o cuando queremos celebrar algo especial, el jamón sigue siendo el rey de la cocina española, pero no todo el mundo sabe distinguir un buen jamón.

Por ello, cuando disfrutamos de una buena compañía con amigos y familiares, es importante conocer todos los secretos de un buen jamón para poder disfrutar de este manjar. 

Trucos para saber distinguir un buen jamón

Las pezuñas de los jamones. Las pezuñas son un dato a tener en cuenta, ya que las pezuñas de los jamones ibéricos son negras. Pero hay que tener cuidado porque a veces se las pintan, o bien se las queman, para confundir al consumidor.

Una pata alargada y estrecha. Los jamones ibéricos presentan una pata siempre mucho más alargada que ancha. Los jamones serranos suelen ser más gordos y, para poder curarlos, estos jamones más gordos necesitan más tiempo de curación.

Los jamones ibéricos tienen unos puntitos blancos y manchas oscuras en su interior, además, el color rosado de la grasa no es uniforme por todo el jamón.

La grasa de los jamones ibéricos es flexible y, si apretamos contra la grasa del jamón, esta se acabará hundiendo y se quedará una huella profunda. Esto se produce en los jamones alimentados por bellotas y hierba.

Hay que leer las etiquetas del jamón con detenimiento y comprobar que no se han añadido aditivos para acelerar el proceso de secado del jamón. En las etiquetas puede venir mucha información relativa al origen del jamón, al cuidado o la alimentación.

Otro factor importante es el tiempo de curación. En la parte externa del jamón debe aparecer marcada la semana y el año de comienzo de la curación. Para los jamones serranos el tiempo de curación va desde los 9 hasta los 15 meses. Los jamones ibéricos van desde los 20 hasta los 23 meses y los jamones de cebo desde los 30 hasta los 36 meses.

El tipo de alimentación también es importante. Los jamones serranos, normalmente, se han alimentado con pienso; los ibéricos con bellotas y hierba, y los animales se han movido. Por otro lado, los jamones de cebo se han alimentado con piensos y en ganadería intensiva.

Por ultimo, para elegir un buen jamón, también es importante conocer las distintas razas. Por ejemplo, la raza ibérica tiene una particularidad en sus genes que hace que trabaje la grasa de una manera diferente y le dé unas características únicas.

Otro dato importante que se ha cambiado en la legislación es la clasificación de los jamones. Se han clasificado en dos jamones ibéricos, uno de bellota y otro de cebo, además de la clasificación de jamón serrano. A todo esto, el jamón ibérico se divide en dos tipos, dependiendo de su raza. Se divide en 100 % ibérico y en 50 % ibérico puro cruzado con otras razas.

Otro detalle muy importante para disfrutar de un buen jamón es el corte del mismo. Aquí ya vale mucho más la habilidad de la persona que corta el jamón. Pero, en líneas generales, lo importante es realizar unos cortes lo más finos posibles para disfrutar de todos los aromas de un buen jamón.

Con todos estos datos, ya es posible ser un experto en distinguir un buen jamón y disfrutar de uno de los productos estrella de la gastronomía española en compañía de amigos y familiares.  jamon

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